Cuando hablamos de brecha de género, sobre todo en lo que se refiere a igualdad laboral entre hombres y mujeres, principalmente se habla de dos términos: el suelo pegajoso y el techo de cristal. Ambos conceptos hacen referencia a la posición de la mujer en la pirámide económica y a las dificultades con las que se encuentran para llegar a un cargo directivo. Continúa leyendo para saber más y recuerda que puedes especializarte con nuestro Máster en Implantación de Planes de Igualdad en Empresa + Máster en Promoción para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres.
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El suelo pegajoso y el techo de cristal
A pesar de la mejoría y evolución en entornos como el social, el laboral o el doméstico, lo cierto es que los estereotipos de género siguen latentes en nuestra sociedad. Es decir, en muchos países y sectores profesionales, las diferencias de sueldo y estatus social basadas solo en el género siguen siendo comunes.
A menudo se habla del techo de cristal para hacer referencia a la ausencia de mujeres en puestos directivos o de alta responsabilidad en las empresas. Sin embargo, existe otro concepto igual de importante que determina el tipo de empleo mayoritario al que optan las mujeres, el cual se denomina o conoce como suelo pegajoso.
El concepto del techo de cristal nació en la década de los 80, a partir de un informe publicado en el Wall Street Journal en el que se hablaba sobre mujeres ejecutivas. A pesar de haber evolucionado, el término sigue haciendo referencia a los impedimentos que afrontan las mujeres para acceder, con la misma facilidad que los hombres, a cargos directivos dentro de una empresa o negocio.
Históricamente las mujeres siempre han sido socializadas para hacerse cargo de las tareas del hogar, ser madres o cuidar de los demás. Este hecho hizo que se generara una falsa imagen de la mujer, dotándola de habilidades blandas o cercanas y posicionándola como una mejor cuidadora del hogar que el hombre.
De este modo, el pensamiento de que no estaban hechas para ser competitivas y ambiciosas se generalizó, dejándolas un poco más de lado a la hora de decidir que podían ocupar cargos directivos que implicasen tomar importantes decisiones empresariales. Por lo que se creó una barrera que, a día de hoy, impide a las mujeres tener las mismas posibilidades laborales que los hombres.
¿En qué se diferencia del suelo pegajoso?
El suelo pegajoso es otro término relacionado con el techo de cristal que hace referencia a la precariedad de los trabajos generalmente “destinados” a ser llevados a cabo por mujeres. El hecho de que esté generalizado el pensamiento de que las tareas del hogar o el cuidado de niños está mejor hecho por mujeres conlleva a que las mismas se encuentren adherida” a un suelo que les dificulta el crecimiento laboral y personal lejos del ámbito familiar.
El suelo pegajoso también está presente en el sentimiento de culpa que algunas mujeres sufren por el mero hecho de ser madres. Es una responsabilidad que se les da en el momento en el que forman una familia y les obliga a prestar más atención dentro de casa que fuera, lo que que dificulta su crecimiento profesional.
Estas dos barreras contribuyen a sostener la brecha de género existente y es preciso identificarlas para poder trabajar en su desaparición.
¿Es posible eliminar los perjuicios y las barreras de género en el ámbito laboral?
Aún queda mucho trabajo por hacer. A pesar de que con el paso del tiempo el pensamiento y la sociedad ha evolucionado, sigue habiendo desigualdad profesional en muchos sectores. Cada día hay más mujeres en mercado laboral. Sin embargo, existe una tendencia que hace que las mujeres no puedan avanzar en sus carreras profesionales y queden estancadas en la base y en el centro de la pirámide económica.
En este sentido las empresas juegan un importante papel. Es imprescindible tomar conciencia de que todos los empleos pueden ser realizados por cualquier persona independientemente del género. Para ello, un primer paso puede ser la creación de más equipos mixtos, dejar que las mujeres tomen posiciones de liderazgo y mejorar la distribución de las tareas del hogar para que sea justo y productivo para todos.