La escucha activa es fundamental para que los emprendedores sepan que es lo que sus clientes buscan o precisan. Así pues, la escucha activa es una herramienta que permite oír a los compradores e interpretarlos. Además, mediante las diferentes técnicas de mejora y de innovación interna, se integran los diferentes objetivos y expectativas de la empresa, lo que facilita su alcance. En el artículo de hoy vamos a ver qué es y cómo pueden beneficiarte algunas de las técnicas básicas de escucha activa. Recuerda que puedes profundizar en este ámbito con nuestro Máster en Innovación y Emprendimiento.
Índice de contenidos
¿Qué es la escucha activa?
La práctica de la escucha activa, también llamada escucha empática, se produce cuando, en una conversación entre dos o más personas, se pone plena atención enfocada a quien habla. Así, en el ámbito laboral se concibe como la comprensión de las necesidades de los clientes y de los colaboradores.
Este tipo de escucha es deliberada, paciente y necesita de entrenamiento. Hay que concentrarse en escuchar y demostrar que se esta haciendo. Es preciso, también, dejar opiniones o juicios a un lado, debemos poner nuestras mentes en un modo curioso y abierto.
Principales beneficios
A todos nos gusta ser escuchados y, por eso, sabemos cuando nos están prestando atención. Por tanto, la escucha activa también influye en el liderazgo, pues a los clientes también les va a gustar sentirse escuchados y atendidos, esto aumenta su autoestima.
Llevando a cabo la escucha activa aumentaremos nuestra empatía para el resto de la gente y mejorarán nuestras habilidades sociales. También ganaremos en cultura general, pues seguro que descubriremos cosas que no sabíamos.
¿Cómo realizar la escucha activa?
Existen algunas técnicas para tener una escucha activa y, a su vez, demostrárselo al orador:
1. Mirar a los ojos
Tener un contacto visual con el orador en una conversación es esencial. Los ojos son la forma directa de conectar con este y ayuda a nuestra menta a autentificar el proceso de comunicación.
2. Asentir
Tener pequeños gestos con el orador refuerzan la práctica de la escucha activa. Esto permite que la persona que habla se puede sentir escuchada y, por tanto, con más ganas de seguir conversando. Hacer que se sienta cómoda será una manera para que se sienta cómoda expresándose.
3. No distraerse
Toda nuestra atención se debe focalizar toda nuestra atención en la persona que está contándonos algo. Solo de este modo la escucha activa nos permitirá empatizar y comprender lo que explica. Queremos evitar que se incomode el orador, así que deja las distracciones como el móvil para cuando termine la conversación.
4. No interrumpir
A todos nos molestan las interrupciones cuando estamos contando alguna cosa, así que, si nos viene algo a la cabeza, es mejor que lo guardemos para cuando el orador termine su explicación. Además, debemos respetar los silencios y evitaremos interrumpir a la persona.
5. Prestar atención al lenguaje no verbal
Con el lenguaje no verbal obtendremos una ventaja en el proceso de comunicación, pues a través de este será por donde sabremos las emociones, sentimientos y el estado interior de quién estamos escuchando.