Cada vez más las empresas buscan profesionales formados y preparados para poder ser grandes líderes dentro de su equipo. Por ese motivo se han popularizado tanto las habilidades directivas. La demanda de jefes transparentes, preparados y abiertos a los cambios ha incrementado, pero ¿cuáles son esas habilidades que necesitamos para dar un paso más en nuestra carrera profesional? Te lo contamos a continuación.
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Índice de contenidos
¿Qué son las habilidades directivas?
Podríamos definir las habilidades directivas como las capacidades y conocimientos que permiten que una persona pueda ejercer correctamente funciones de liderazgo y coordinación dentro de una empresa.
Estas competencias van evolucionando con el tiempo, ya que se adaptan a las necesidades actuales de las organizaciones, por lo que también requieren una actualización de formación constante. Sin embargo, no solo se basan en enseñanza teórica, sino que es imprescindible ponerlas en práctica para poder desarrollarlas correctamente.
Tipos de habilidades directivas
Actualmente no existe un único tipo de habilidades directivas requeridas para la gestión de empresas en general, ya que dichas habilidades deben adaptarse a los diferentes sectores empresariales. Sin embargo, el investigador Robert L. Katz, después de diversos estudios, reafirmó que son necesarias tres habilidades administrativas básicas y comunes a cualquier sector laboral. Estas habilidades son:
Las habilidades técnicas
Se refiere a los conocimientos técnicos necesarios para realizar una tarea en concreto. Estas capacidades o habilidades técnicas se desarrollan o adquieren mediante la formación y la práctica.
Las habilidades humanas o de trato personal
Se refiere a las competencias sociales que todo directivo necesita tener para interactuar correctamente con otras personas. Son imprescindibles para motivar, dirigir y coordinar correctamente un equipo de trabajo.
Las habilidades conceptuales
Se refiere a la capacidad de un directivo para analizar situaciones complejas, prevenir posibles cambios, evaluar los problemas e incluso aportar soluciones.
Sin embargo, poder obtener el éxito completo en la práctica, estas tres habilidades necesitan de otras muchas competencias relacionadas con la actitud y la perspectiva personal del directivo.
Otras habilidades directivas imprescindibles para liderar correctamente una empresa
Como comentábamos anteriormente, se necesitan otras competencias relacionadas con la actitud y la perspectiva personal del directivo para poder asegurar el éxito en la dirección de la empresa. Con ello nos referimos a las siguientes habilidades directivas:
La buena resolución de problemas
Los problemas son comunes cuando hablamos de proyectos empresariales. Por ello, es importante que un buen directivo cuente con la habilidad de poder resolver de forma ágil, rápida y adecuada cualquier contratiempo que pueda poner en peligro los objetivos marcados.
La capacidad para tomar decisiones
Directamente relacionada con el punto anterior. Como directivo, gran parte de tu trabajo consistirá en tomar diversas decisiones que, además, repercutirán directamente sobre el resultado de tu trabajo. Para saber cómo elegir de forma correcta, es imprescindible marcarse unos objetivos a cumplir, ceñirse a ellos y tomar el camino que más te aproxime a los resultados que esperas conseguir. Además, conviene evitar las decisiones irreflexivas, es mejor que te tomes tu tiempo para pensar qué es lo mejor para tu trabajo.
La empatía e inteligencia emocional
El trabajo en equipo requiere empatía. Cada persona dispone de unas emociones y sentimientos diferentes y por ello hay que saber gestionarlas externamente con delicadeza. Un buen directivo debe saber escuchar, ser empático, asertivo y debe sobre todo aprender a comunicarse con su equipo a nivel emocional. Con ello conseguirá la confianza y motivación de sus compañeros.
La autoconfianza y conocimiento
La autoconfianza y el conocimiento propio son dos de las habilidades directivas más importantes. Conocer tus propios límites o motivaciones te ayudarán a no perder el entusiasmo ni las ganas de luchar por conseguir tus objetivos.