Cuando hablamos de calidad y seguridad alimentaria hacemos referencia a diferentes criterios que, una vez cumplidos, certifican que los alimentos que compramos y consumimos respetan las normativas necesarias para su venta, distribución y consumo seguros. Son muchas las personas que hablan de ambos conceptos como si fueran lo mismo, cuando en realidad son conceptos muy distintos que tanto los consumidores como los profesionales del sector deben conocer bien. Por ello, te animamos a continuar leyendo para saber más y recuerda que si te interesa este ámbito de estudio puedes especializarte con nuestro Máster en Seguridad Alimentaria.
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Calidad y seguridad alimentaria, ¿qué es?
Podría decirse que la seguridad alimentaria es obligatoria y garantiza la que los alimentos no pondrán en peligro al organismo cuando sean consumidos. Por otro lado, la calidad alimentaria es algo voluntario que garantiza ciertas características del producto que estamos adquiriendo o consumiendo. En este punto es interesante conocer en profundidad ambos conceptos, ya que como consumidores, debemos estar protegidos, informados y debemos tener siempre en nuestra mano la decisión de qué comprar. Por ello, vamos a ver a continuación en qué se diferencian la calidad y seguridad alimentaria:
La seguridad alimentaria
El concepto de seguridad alimentaria lo acuñó la ONU en los años 70 para hacer referencia a la “producción y disponibilidad alimentaria a nivel global”. Sin embargo, y como era de esperar, dicho término ha ido evolucionando con el paso de los años. En 1996, la FAO estableció que la seguridad alimentaria “a nivel de individuo, hogar, nación y global, se consigue cuando todas las personas, en todo momento, tienen acceso físico y económico a suficiente alimento, seguro y nutritivo, para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias, con el objeto de llevar una vida activa y sana”.
En este sentido, deben cumplirse los siguientes puntos:
- Disponibilidad física, a nivel de producción y stock, de los productos a consumir.
- Acceso económico y físico a los alimentos, a través de políticas que garanticen este derecho a todas las personas del mundo.
- Estabilidad del acceso, teniendo en cuenta que dicha garantía debe ser constante en el tiempo y no algo puntual.
- Uso de los alimentos, teniendo en cuenta aquí el punto de vista nutricional de los alimentos.
La calidad alimentaria
Cuando hablamos de calidad dentro del ámbito agroalimentario, hacemos referencia a las diferentes cualidades y/o características de los alimentos. Dichas características hacen referencia a su sabor, color, olor o textura. Sin embargo, también se incluyen otras propiedades que nosotros, como consumidores, no podemos percibir a través de los sentidos como son las cualidades químicas e higiénicas.
La Ley 28/2015 para la defensa de la calidad alimentaria define dicho concepto como el “conjunto de propiedades y características de un producto alimenticio o alimento relativas a las materias primas o ingredientes utilizados en su elaboración, a su naturaleza, composición, pureza, identificación, origen, y trazabilidad, así como a los procesos de elaboración, almacenamiento, envasado y comercialización utilizados y a la presentación del producto final, incluyendo su contenido efectivo y la información al consumidor final especialmente el etiquetado”.
¿Por qué se relacionan ambos conceptos?
Principalmente porque cuando hablamos de seguridad alimenticia con respecto a las características que puede o debe poseer un cierto alimento, nos estamos refiriendo también a la calidad que deben tener. Un alimento que provoque daños a nuestra salud, nunca podrá ser seguro ni de calidad.
Por ello, la mayoría de las certificaciones y/o normativas de calidad tienen están directamente relacionadas con la seguridad alimentaria, como por ejemplo el IFS, una certificación que mide la seguridad de los procesos de producción.
Por ello, aunque los conceptos de calidad y seguridad alimentaria no sean sinónimos, sí que tienen una relación directa, teniendo en cuenta que pueden existir alimentos seguros que no sean de calidad, pero nunca habrá alimentos de calidad que no sean seguros.